Sunday, October 22, 2006

Adiós amigos!



Se me vienen a la mente miles de palabras para iniciar este post, pero no puedo decidirme por alguna en particular. Quisiera decir que todo es cíclico, que hay un inicio y un fin inevitable, que cada palabra escrita en este espacio ha reflejado mi estado anímico, mi vida, mis recuerdos, secretos, en fin, tantas cosas que escribí y que compartí con todos ustedes. Hoy este blog llega a su fin, este es el último post que escribo y no se que decir exactamente. Supongo que debo comenzar por decir muchas gracias por sus comentarios, por permitirme entrar en su vida, por darme la oportunidad de leer sus letras y por compartir sus pensamientos.

Aquí se queda un espacio importante de mi vida. Aquí y en cada letra que ustedes han escrito y que pude leer.

En unos días partiré a un nuevo lugar, dicen que allá la soledad no te alcanza. Estoy seguro que será así. Supongo que ya no será necesario describirles la playa inexistente, ni los recuerdos míos que se quedaron en su orilla. Espero que el murmullo de cada tarde y el canto de sus olas se hayan dibujado en algún momento en sus pensamientos.

Pronto ya no habrán secretos. Hasta entonces.


Friday, October 13, 2006

La cita de espanto



Hay que asumirlo, o mejor dicho, llamarlo por lo que es. El tipo es un desastre. Así de directo, así de sencillo. El cholito finiquitó la conversación con ese comentario. Pero las situaciones desesperadas suelen generar soluciones desperadas. Chicote con todo y todo fue invitado, pese a las negativas debidamente fundamentadas del cholito. Una llamada telefónica y una promesa acompañada de suplica. Por favor, ven sobrio y sobre todo, no malogres todo. A veces no entiendo por que hay personas tan propensas a los desastres. En fin. La lógica manda no juntar al chato y a chicote en la misma reunión, es obvio, tantas fiestas arruinadas, vomitonas, pleitos, borracheras fenomenales, golpes, fracturas, puertas rotas y demás desastres son suficientes para saberlo, pero no, igual los juntaron. No quise opinar, era mejor así, con la cara del cholito era suficiente.

Chato, hoy pórtate bien, fue lo único que le dije. No debería decirlo, después de todo el chato es mayor que yo, pero creo que ya escribí bastante de él, así que tienen una idea. Llegamos a la hora exacta. Carlitos con saco de cuero y zapatos italianos, el cholito con sus eternas botas negras y yo en zapatillas. Últimamente me siento más cómodo con zapatillas. El chato, pues que decir, cumplió su palabra. Se afeitó, se puso una camisa y hasta saludó a las amigas de Carlitos con sonrisa y beso. Era el cumpleaños de una de ellas y habíamos quedado en encontrarnos en esa discoteca, mejor dicho, Carlitos quedó en eso por nosotros. Cinco chicas y nosotros esperando a chicote que no llegaba.

Ya estábamos en el lugar, así que ánimo en marcha y a celebrar el cumpleaños de la desconocida, o recién conocida, que venía a ser lo mismo. El cholito no perdía tiempo y bailaba cuanta canción sonaba, hasta parecía su cumpleaños. El chato, pues apuraba cada vaso de cerveza como si fuese el último y Carlitos nervioso sonreía y miraba su reloj temiendo lo peor por chicote. Lo peor en este caso es que llegue totalmente ebrio. Y así fue. A las dos horas, y cuando ya nos habíamos olvidado de él, vemos que el chato se acerca muerto de la risa, vaso en mano y señalando a chicote que se balanceaba sobre la punta de los zapatos. El tipo se sostenía de pie por gracia divina. Presentaciones de rigor y Carlitos que miraba con cara de asesino en serie a chicote. ¿No me dan un vaso? Creo que ya tomaste suficiente, respondió Carlitos. Yo quiero un vaso ¿o puedo tomar del tuyo? decía chicote mientras miraba con cara de don Juan a una de las pobres chicas que no sabía si sonreír o salir corriendo. Mejor bailamos, dice el cholito y salva la situación. En eso se pasó toda la noche, bueno todos hicimos lo mismo, había que hacerlo, después de todo las pobre muchachas no tenían la culpa del desastre que se venía. En síntesis, chicote rompió dos vasos, una jarra de cerveza, se cayó dos veces de la silla, trató de besar a la del cumpleaños y después se resintió hasta las lágrimas cuando le dijeron que estaba borracho. Ya saben, lo de siempre.

La cosa no resultó tan mal después de todo, al menos me pareció ver que las chicas se divertían mucho y hasta dijeron, en más de un momento, que no perdamos contacto para salir otra vez. Bueno, yo solo vine hoy, le dije a Carlitos, a la próxima llamen a Rupert para completar el grupo. Si lo sé. Al menos una de ellas me dio su teléfono, agrega el. Yo solo conocía a dos de ellas, responde Carlitos. Bueno, no importa, esta semana la llamo igual. A mi también me dio su teléfono balbucea chicote. No quiero ni pensar le habrá dicho para que se lo dé.


Wednesday, October 11, 2006

La voz del eco



Hay una playa con la que soñé un día. Un murmullo que se alejaba de su orilla y que tenía el sonido de mil voces pronunciando un nombre. Aquel era tu nombre, pero entonces yo no lo conocía. Recuerdo que en esa playa había un muelle que parecía el inmenso espinazo de una ballena que había quedado varado hace miles de años en ese lugar. Yo recorrí cada paso de ese muelle-espinazo, conté todas las olas que corrían por debajo y aún pude escuchar a los delfines cantar una canción que solo se oye en el fondo del mar.

Cada tonalidad del crepúsculo se quedó grabada en mi memoria, al igual que cada vez que el mundo giraba conmigo y creaba la ilusión del sol zambulléndose en el mar. Todos esos colores acompañaban una soledad muy honda que poco a poco se iba alejando con el viento y su prisa habitual. A veces la memoria actúa de forma extraña, en especial cundo te asalta la melancolía y de repente descubres que es la única compañía que tienes. Una playa que visité muchas veces y que siempre era la misma.

¿Sabes cuando cambió todo eso? El día que en la arena dejaron de aparecer sólo mis huellas, pues tú estabas a mi lado. Entonces el nombre que solía cantar cada ola nos hacía reír y tú decías que aquel muelle no era el espinazo de una ballena prehistórica. Tu voz se confundía con el viento esa tarde.

Un día podrás escuchar la verdadera voz del eco, entonces todo será diferente, pero hasta entonces, seguiremos contando los atardeceres, aquí, en la playa que nos pertenece.


Wednesday, October 4, 2006

Miércoles



Hay noticias que llegan, noticias que se esperan y tardan y noticias que nunca llegan. Hoy recibí una noticia muy importante y vaya que rompió la monotonía de mis mañanas. Bueno, antes de esa noticia esta mañana si que era diferente, pero eso no tiene importancia.

Es curioso, pero últimamente hago cosas que disfruto mucho y que de alguna manera ya había olvidado. Puedo hablar libremente con mis amigos, tomarme todo el tiempo que necesito para entrenar en el gimnasio, escribir, leer. En fin tantas cosas que antes no podía hacer con libertad por el trabajo y las limitaciones de tiempo que este pone. Ahora es diferente, bueno estoy sin trabajo, pero eso pasa a segundo plano si es que me siento tan bien como ahora, después de todo hay dinero ahorrado y el factor económico no es una preocupación.

Me doy cuenta que ya no escribo aquí con la misma frecuencia, pero después de trabajar frente a un monitor durante tanto tiempo, pues prefiero mantenerme alejado de ellos por un buen tiempo, claro que eso no implica que deje de visitarlos.


Friday, September 29, 2006

La marcha inolvidable



La avenida frente a mi casa se ha vuelto muy popular. Debe serlo, pues últimamente gente de otros lugares viene con estrados y bancas a armar marchas, desfiles y hasta campañas de evangelización. Si pues, es el colmo que ese tipo de cosas tengan que suceder ¿no tienen algo mejor que hacer?

Hoy por la mañana salgo de mi casa y veo dos grupos de trabajadores en la misma tarea. Un grupo esta armando un estrado y frente a ellos, otro grupo arma una tribuna. Maldición, de nuevo el escándalo. El cholito sale de su casa, me ve y se acerca. ¿Lo mismo? Si ¿Y estos de dónde son? No lo sé, pero no solo están armando un estrado, también hay tribunas, así que la cosa parece masiva. Van a ensuciar tu jardín, me dice. Si, lo peor de todo es que acabamos de pagarle a un jardinero para que lo arregle y pusimos una cerca para que siga así.

Pasa la mañana y comienzan a llegar cientos de escolares. Vienen de un colegio que está a 10 cuadras de mi casa. Traen su propia banda de músicos y varios equipos de sonido. Diablos, esta vez el ruido si será notorio. Sigo parado en la puerta de mi casa, mientras llegan y se adueñan de la avenida como si fuese un patio de recreo. Los profesores parecen están conformes con todo el despelote que arman sus alumnos. Cierro la puerta y me voy al gimnasio tratando de olvidar el bullicio que hay frente a mi casa. Al menos me olvido por más de una hora de todo eso, pero el problema viene cuando regreso. El jardín está lleno de basura y han roto la cerca de una esquina. Maldita sea. Un grupo está sentado en el sardinel del jardín y botan los desperdicios de lo que comen con toda la tranquilidad del mundo. Hey, ¿crees que el jardín es un tacho de basura? le digo a uno de ellos. Me mira un poco intimidado y levanta lo que acaba de botar. Diablos, se supone que vienen de un colegio ¿eso es lo que les enseñan? No hay respuesta. ¿Pasa algo señor? Volteo y veo que se trata de un profesor o algo así. Viste un traje gris y lleva guantes de cuero. Pues claro, mire lo que sus alumnos están haciendo, ensuciando el jardín y estropeando la cerca ¿por qué no se van a fastidiar con sus marchas y porquerías a otro lado? Oiga, esta es una actividad cívica. ¿Y qué de cívico tiene si ensucian toda la avenida y se ponen a joder la paciencia desde las ocho de la mañana? Yo ya estaba de mal humor, eso es evidente. Mire, me respondió, no tiene que expresar su desagrado siendo vulgar. ¡! Me dejó sin palabras, sentía la sangre hervir y el tipo me sale con eso. ¿Sabes una cosa? le respondí, mejor arráncate (lárgate) antes que te meta un cachetadón y te saque la mierda por payaso. Ya sé que no debí decir eso, pero el tipo me miraba con ínfulas de sabelotodo mientras sus alumnos seguían en lo mismo. Me voltea los ojos en ademán de ofendido y dando media vuelta se aleja. Saque a los alumnos del frontis de esa casa, le dice a uno de los alumnos, hay gente problemática que no valora las actividades escolares. Eso se supone que iba dirigido a mí.

¿Seré un tipo problemático?


Wednesday, September 27, 2006

Yo se un secreto


El sol no sabe caer sobre el mar,
tampoco su sombra,
pero esa tarde
todo era posible amor,
por eso vimos al cielo
esconder la nostalgia del pasado.

Y tomé tu mano,
como antes no supe hacerlo,
era esa la canción
que esperábamos para bailar
¿lo recordarás?

Un atardecer que se aleja
y tú voz que cantaba,
fue lo mejor que me ha sucedido.
Esa tarde, esa noche.

Hay una sonrisa junto al mar,
que nos espera.

Monday, September 25, 2006

Lunes

Hoy me siento totalmente lejos de este mundo, como si flotara en la nebulosa de algún planeta gaseoso, carente de oxígeno y solitario. La vida no existe en este lugar. Solo estamos yo y la arena roja que se forma dunas que serpentean el horizonte. Aquí estoy pues, de pie, enfrentando mis pensamientos y me doy cuenta que a veces no me conozco. Es la perspectiva que trae la carencia de ruidos. Un desierto enorme y una persona que intenta sentirse segura de si misma mientras con cada paso descubre que su personalidad es lo único que no ha perdido ¿tendrá algún valor en este lugar? Pues este es un día en que las respuestas no existen. Un día para descansar de ellas, un día donde solo hay preguntas y más preguntas.

No trato de cuestionar lo que veo, tampoco lo califico y menos trato de catalogarlo. Simplemente las cosas están frente a mí y así deben permanecer. Curioso, pero conforme pasan las horas veo el sol descender a lo lejos. Pero el sol no desciende, nunca lo hace. El sol no se mueve. No me doy cuenta, pero soy yo el que se mueve y conmigo se mueve todo este planeta. Pero es mejor pensar lo primero. Después de todo, la seguridad es una ilusión provechosa. Que sería de las personas sin ese sentimiento vacuo.

Lunes, contigo viene una marcha interminable de horas y sucesos impredecibles. Lunes, tan odiado lunes. De no existir odiaríamos los martes y así seguiríamos hasta quedarnos sin tiempo.
El tiempo solo depende de las perspectivas.